Internacional l Florida
Estas son las historias de migrantes latinoamericanos y desde hace años viajan de una ciudad a otra de Estados Unidos para reconstruirlas tras cada desastre natural. Estos dÃas están en el suroeste de Florida, devastado a finales de septiembre por el huracán Ian.
Acudieron desde Texas, Luisiana o México para limpiar escombros, derribar casas, levantar paredes o reparar tejados. La mayorÃa son indocumentados y forman una mano de obra necesaria para la recuperación de Florida, un estado donde el gobernador, Ron DeSantis, ha convertido la lucha contra la inmigración ilegal en un caballo de batalla.
En septiembre, el republicano fletó dos aviones para enviar a 48 venezolanos de Texas a la isla de Martha’s Vineyard, bastión demócrata en la costa noreste del paÃs y lugar de vacaciones para la élite polÃtica. Una forma de mostrarle al gobierno de Joe Biden su descontento con la situación migratoria en la frontera con México.
Francisco Rivera, un hondureño de 46 años, lamenta esas polÃticas, pero eso no le ha impedido viajar hasta Fort Myers, en el suroeste de Florida y uno de los lugares más afectados por Ian, para ofrecer sus dotes de albañil. "El latino es como el corazón de Estados Unidos. Y sin embargo nos detienen al venir aquÃ, nos tratan cómo quieren", dice resignado.
La situación migratoria de estos trabajadores los convierte a menudo en vÃctimas de sus empleadores. Son habituales las obras impagadas o con sueldos por debajo de lo prometido, las intimidaciones y las amenazas de llamar a la policÃa para quienes protestan, alerta el director de Resilience Force.
"Nosotros los necesitamos a ellos y ellos nos necesitan a nosotros", dice MartÃnez. "Quisiera que se den cuenta de que estamos aquà para ayudarles".
Fuente: afp.